Causas Principales
El sistema climático puede
responder a cambios en los forzamientos externos. Estos pueden "empujar"
el clima en la dirección de calentamiento o enfriamiento. Ejemplos de
los forzamientos externos incluyen cambios en la composición atmosférica (p. ej.
aumento de las concentraciones de gases
de efecto invernadero), la luminosidad solar, las erupciones volcánicas y las variaciones en la órbita de la Tierra alrededor del Sol. Los ciclos
orbitales varían lentamente a lo
largo de decenas de miles de años y en el presente se encuentran en una
tendencia general al enfriamiento; la que se esperaría que condujese hacia un periodo glacial dentro de la edad de hielo actual, pero el registro instrumental de
temperaturas del siglo XX muestra
un aumento repentino de la temperatura global.
Gases de efecto invernadero
El
efecto invernadero es el proceso mediante el cual la absorción y emisión de radiación infrarroja por
los gases en la atmósfera de un planeta calientan su atmósfera interna y
la superficie. Fue propuesto por Joseph Fourier en 1824, descubierto
en 1860 por John Tyndall, se investigó cuantitativamente
por primera vez por Svante
Arrhenius en 1896 y fue desarrollado en la década de 1930
hasta acabada la década de 1960 por Guy Stewart Callendar.
En la
Tierra, las cantidades naturales de gases de efecto invernadero tienen un
efecto de calentamiento medio de aproximadamente 33 °C. Sin la
atmósfera, la temperatura a través de casi toda la superficie de la Tierra
estaría bajo el punto de congelación. Los principales gases de efecto
invernadero son el vapor de agua(causante de alrededor de
36-70 % del efecto invernadero); el dióxido de carbono(CO2,
9-26 %), el metano (CH4, 4-9 %) y el ozono (O3,
7,3 %). Las nubes también afectan el balance radiativo a través de
los forzamientos de nube similares
a los gases de efecto invernadero.
La actividad humana desde la Revolución Industrial ha incrementado la cantidad de gases de efecto invernadero en
la atmósfera, conduciendo a un aumento del forzamiento radiativo de CO2, metano, ozono troposférico, CFC y el óxido nitroso. De acuerdo con un
estudio publicado en 2007, las concentraciones de CO2 y metano han aumentado en un 36 % y 148 %
respectivamente desde 1750. Estos
niveles son mucho más altos que en cualquier otro tiempo durante los últimos
800 000 años, período hasta donde se tienen datos fiables extraídos de núcleos de hielo. Evidencia
geológica menos directa indica que valores de CO2 mayores a este fueron vistos por última vez hace
aproximadamente 20 millones de años. La
quema de combustibles fósiles ha producido alrededor de las tres cuartas partes del aumento
en el CO2 por la actividad humana en los últimos 20 años. El resto de
este aumento se debe principalmente a los cambios en el uso del suelo,
especialmente la deforestación. Estimaciones
de las emisiones globales de CO2 en 2011 por el uso de combustibles fósiles, incluidas la
producción de cemento y la flama de gas, fue de 34 800 millones de toneladas
(9,5 ± 0,5 PgC), un incremento del 54 % respecto a las emisiones de 1990.
El mayor contribuyente fue la quema de carbón (43 %), seguido por el
aceite (34 %), el gas (18 %), el cemento (4,9 %) y la flama de
gas (0,7 %).En mayo de 2013, se informó de que las mediciones de CO2tomadas
en el principal estándar de referencia del mundo (ubicado en Mauna
Loa)
superaron los 400 ppm. De acuerdo con el profesor Brian Hoskins, es probable que
esta sea la primera vez que los niveles de CO2 hayan sido tan altos desde hace unos 4,5 millones de años.
Emisiones mundiales de gases de efecto invernadero en 2010 por sector.
Durante las últimas tres décadas del siglo
XX, el crecimiento del producto
interno bruto per cápita y el crecimiento poblacional fueron los principales impulsores del
aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero. Las emisiones de CO2 siguen aumentando debido a la quema de
combustibles fósiles y el cambio de uso del suelo. Las emisiones pueden ser atribuidas a
las diferentes regiones. La atribución de las emisiones debido al cambio de uso
de la tierra es un tema controvertido. Se han proyectado escenarios de
emisiones, estimaciones de los cambios en los niveles futuros de
emisiones de gases de efecto invernadero, que dependen de evoluciones
económicas, sociológicas, tecnológicas y naturales inciertas. En la mayoría de los escenarios, las
emisiones siguen aumentando durante el presente siglo, mientras que en unos
poco las emisiones se reducen. Las reservas de combustibles fósiles son
abundantes y no van a limitar las emisiones de carbono en el siglo XXI. Se han utilizado
los escenarios de emisiones, junto con el modelado del ciclo del carbono, para producir
estimaciones de cómo las concentraciones atmosféricas de gases de efecto
invernadero podrían cambiar en el futuro. Usando los seis escenarios SRES del IPCC, los modelos sugieren que
para el año 2100 la concentración atmosférica de CO2 podría llegar entre 541 y 970 ppm. Esto es un 90-250 % por encima de
la concentración en el año 1750.
Los medios de
comunicación populares y el público a menudo confunden el calentamiento global
con el agotamiento del ozono, es
decir, la destrucción del ozono estratosférico por clorofluorocarbonos. Aunque hay unas pocas áreas de
vinculación, la relación entre los dos no es fuerte. La reducción del ozono
estratosférico ha tenido una ligera influencia hacia el enfriamiento en las
temperaturas superficiales, mientras que el aumento del ozono troposférico ha
tenido un efecto de calentamiento algo mayor.
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