Anomalías
Aumento de
la Intensidad y Cantidad de los Huracanes
Un huracán es un ciclón tropical migratorio, con fuertes vientos y
lluvias, que se origina sobre los océanos en algunas regiones próximas al
ecuador, en particular aquél que surge en las Antillas, incluso en el golfo de
México.
Los ciclones de tipo huracán del oeste del Pacífico se llaman
tifones; en Filipinas se llaman baguios y en Australia willy-willies.
La mayoría de los huracanes se forma en las zonas de calmas ecuatoriales,
un cinturón estrecho caracterizado por vientos suaves, brisas leves y variables
y chubascos frecuentes, que se sitúa entre los vientos alisios del noreste y
los del sureste. En el Atlántico, las zonas de calmas se localizan en su mayor
parte al norte del ecuador, por ello no se producen huracanes en el Atlántico
Sur. En el Pacífico hay calmas al norte y al sur del ecuador, por lo tanto hay
huracanes en el Pacífico Sur y Norte.
Los huracanes consisten en vientos muy rápidos que soplan de forma
circular alrededor de un centro de baja presión llamado ojo del huracán. Este
centro se desarrolla cuando el aire cálido y saturado de las zonas de calmas
ecuatoriales se eleva empujado por aire frío más denso. Desde el borde de la
tormenta hasta su centro, la presión atmosférica cae bruscamente mientras que
la velocidad del aire aumenta. Los vientos alcanzan una fuerza máxima cerca de
los puntos de baja presión (en torno a 724 mm de mercurio o 0,85 atmósferas).
El diámetro del área cubierta por vientos destructivos puede superar los
250 km. Los vientos menos fuertes cubren zonas con un diámetro medio de 500 km.
La fuerza de un huracán se evalúa con un índice entre 1 y 5. El más suave, con
categoría 1, tiene vientos de cuando menos 120 km/h. Los vientos del más fuerte
(y menos común), con categoría 5, superan los 250 Km. /h. En el interior del
ojo del huracán, que tiene un diámetro medio de 24 Km., los vientos se paran y
las nubes se elevan, aunque el mar permanece muy agitado.
En general, los huracanes se desplazan en una trayectoria con forma de
parábola.
En el hemisferio norte suelen viajar primero hacia el noroeste y, en
latitudes mayores, giran hacia el noreste. En el hemisferio sur la trayectoria
usual empieza apuntando hacia el suroeste y luego hacia el sureste. Los
huracanes viajan a velocidades variables; en las latitudes bajas éstas varían
entre 8 y 32 Km. /h mientras que en las altas pueden alcanzar hasta 80 Km./h.
Las zonas en las que los vientos del huracán soplan en la misma dirección que
la propia tormenta está sometida a la máxima violencia destructiva.
En los últimos años se ha registrado un aumento significativo en la
temperatura y el nivel del mar, como consecuencia del calentamiento global, que
es originado principalmente por el exceso de gases invernadero, en su mayoría
CO2 (FIG. 1). También se ha registrado un aumento muy importante en la
frecuencia de los huracanes en el atlántico (FIG. 2), y en su fuerza. Los
estudios realizados demuestran que al haber un aumento de la temperatura
ambiental y del mar, y en el nivel del mar se produce un aumento en la fuerza
de los huracanes y en su frecuencia debido a que los huracanes necesitan de
éstos tres elementos para formarse.
En lo últimos años se han descubierto pruebas que podrían demostrar la
relación existente entre el calentamiento global y el aumento de la fuerza de
los huracanes, Peter J. Webster, profesor de Ciencias de la Tierra y
Atmosféricas del Instituto de Tecnología Georgia en Atlanta, es el autor del
estudio que aparece en la edición del 16 de septiembre del boletín Science, el
cual es tal vez una de las declaraciones científicas de mayor contundencia que
se han realizado sobre la conexión entre la actividad de los huracanes y el
calentamiento global, en una conferencia de prensa Webester declaró:
"Pienso que la temperatura (en aumento) de la superficie del océano es un
efecto del calentamiento global y pienso que el cambio en la intensidad (de los
huracanes), que es algo universal, proviene del calentamiento de la superficie
del océano".
Webster hacía referencia al aumento demostrado en la temperatura de la
superficie del océano (TSO) de cerca de medio grado centígrado desde 1970. Los
científicos han creado la hipótesis de que unas temperaturas más altas de la
superficie del océano provocan una mayor intensidad de los huracanes.
Aumento de Huracanes. |
Los ciclos
Gases O2 Causantes. |
Es
necesario que el agua esté a más de 26 grados y que esa temperatura se mantenga
hasta un profundidad de unos 50 metros. Esa agua es el combustible del huracán.
«Este año la temperatura de la superficie oceánica es muy alta, por ejemplo se
registran valores de 30 grados de temperatura del agua en el Golfo de México.
Esto es gasolina de alto octanaje para un huracán», comenta Lino Naranjo,
meteorólogo de Meteogalicia.
Pero
he ahí la pregunta: ¿Qué provoca que la temperatura del agua sea tan alta? «La
actividad de los huracanes en el Atlántico pasa por ciclos de actividad de
entre 25 y 30 años, determinados por ciclos de calentamiento y enfriamiento de
la superficie oceánica. Desde 1995 estamos en un ciclo de mayor actividad,
parecido al último registrado entre la década de los 40 y los 60», comenta
Naranjo.
A
estos ciclos naturales se añade el posible efecto causado por el calentamiento
global producto del cambio climático. El consenso entre los científicos es que
estos largos ciclos, producto del viaje de las grandes corrientes oceánicas,
son los responsables del actual aumento del número de huracanes y de su
intensidad en el Caribe. Esto es un hecho probado, lo demás, hasta el momento,
sólo son hipótesis. El calentamiento global, que ha aumentando en 0,5 grados la
temperatura media de las aguas en todo el planeta, sólo sería un añadido a una
tendencia natural en marcha, pero nunca el desencadenante. Algo así como
meterle el turbo a un coche que ya va lanzado.
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